El sector automotriz atraviesa uno de sus peores momentos, con un nivel de contracción de ventas que no se observaba desde la crisis del 2002. En noviembre, la caída alcanzó un inédito 45,9%, a partir del patentamiento de 39.565 vehículos que se contraponen con los 73.145 vendidos en el mismo período del 2017.

Por su parte, la comparación con el mes anterior arrojó un retroceso del 18,5%, mientras que el acumulado de los primeros once meses del año mantiene una balanza negativa del 9,2%.

La baja no llega a ser mayor a raíz del buen desempeño de los primeros 5 meses del 2018 que promediaron incrementos superiores a los dos dígitos. Por el contrario, a partir de junio el sector mantuvo una contracción de seis meses consecutivos que se espera que prosiga en el corto plazo.

"Tal como adelantamos, este año que ha sido muy complejo y cambiante, arrojará un nivel cercano de patentamientos de 800.000 unidades. La expectativa esta puesta ahora en la actividad que tendrá el inicio del 2019", indicó el Presidente de ACARA, Dante Álvarez.

La crisis pega fuerte en el sector automotriz y temen por el cierre de plantas

De confirmarse estas proyecciones, el 2018 totalizará una variación negativa en las ventas de vehículos del 11,1% que no se revertirá hasta que se produzca una abrupta baja en la tasa de interés.

Este es el principal motivo de protesta de las compañías, que históricamente han promovido sus ventas mediante planes de financiamiento que en este contexto resultan inviables.

Paralelamente, las empresas denuncian que la morosidad está llegando al 50% porque los planes se tornaron impagables. Sucede que la elevada inflación espiralizó todos los precios relacionados al mantenimiento de un auto. Los planes de ahorro aumentaron un 80% en los últimos doce meses, los seguros lo hicieron en torno al 60%, mientras que los combustibles tuvieron un salto del 65% en lo que va del año.

El momento es tan malo, que en el sector se habla de un posible cierre de plantas. Es que de las seis mayores firmas, cuatro tuvieron bajas en torno al 50%. La única que se está salvando de la fuerte recesión es Toyota, que al orientar su producción al segmento de pick ups, tiene un gran potencial exportador hacia Brasil.